“A
desayunar… a
desayunar… que sin desayuno no puedo cantar”
Así
comienza una ronda infantil y es como debe empezar la mañana de
todos los seres humanos. Son varias las razones que justifican tomar
el primer alimento antes de las 10:00 de la mañana, y son diversos
los hallazgos científicos que tienen bien caracterizados los
productos que se deben consumir y los beneficios que estos aportan a
la salud y al rendimiento.
La
alimentación humana depende del ciclo del sol y la luna, y así el
cuerpo define de manera natural las horas en las que debe esta alerta
para una jornada de actividad y los momentos en los que debe
descansar. El tono muscular disminuye y, lentamente, la melatonina
empieza a hacer su efecto para llevarnos a brazos de Morfeo.
Se trata de un
comportamiento hormonal producido por la glándula Pineal, situada en
el centro del cerebro, cuya secreción se produce durante la noche
como reacción a la oscuridad, para ayudar al cuerpo a regular los
ciclos de sueño, reparar los tejidos dañados y el cerebro abre paso
al “pelotón de mantenimiento”.
Durante el
último ciclo del sueño, justo antes de levantarse, el sistema
hormonal vuelve producir la secreción de Cortisol en la que hay una
reposición de glucosa. En ese momento es cuando el cuerpo esta listo
para empezar la jornada y por esa razón debe suplir sus necesidades
de energía y de neurotransmisores, agotados en las horas de ayuno de
la noche.
Cuando el
ayuno se prolonga con la omisión del desayuno, el descenso gradual
de los niveles de insulina y glucosa entre otros cambios metabólicos,
puede originar una respuesta de fatiga que interfiera en los
diferentes aspectos de la función cognitiva.
“Alistar la
maquina, es una buena metáfora para definir la toma del desayuno,
pues la primera comida es la que ofrece más aprovechamiento de
vitaminas y minerales en la maquina humana… y para satisfacer
todos los requerimientos de la misma se debe incluir un alimento de
cada grupo. Así, se debe consumir una grasa cuya función es ofrecer
la carga lipídica fundamental para el sistema hormonal, un
carbohidrato encargado de suministrar energía y una proteína
indispensable como neurotransmisor. Y se puede completar con un
alimento de libre acceso como café, té o infusiones”, asegura el
doctor Benjamín Ramírez Forero, nutricionista de la Universidad
Javeriana, con Máster en enfermedades crónicas de la Universidad de
León España y PhD: de Bioquímica de la Nutrición humana del
International Atlantic University.
El experto agrega que un
buen desayuno nos brinda el 25 % de las calorías totales necesarias
para nuestra jornada. Además, mejora sustancialmente nuestro
rendimiento físico e intelectual a lo largo de la mañana.
Complementariamente,
existen otras ventajas asociadas al consumo de un buen desayuno.
Las investigaciones
científicas llevadas a cabo en torno a la primera comida del día
concluyen que nos hace comer menos, ya que las personas que no
cumplen con el primer alimento en la mañana tienden a llegar con más
hambre a la siguiente toma, lo que les estimula a ingerir los
alimentos con más ansiedad y en mayor cantidad.
El desayuno mejora las
habilidades para resolver problemas y proporciona mayor claridad
mental, gracias a los neurotransmisores.
"Existen dos
mecanismos biológicos con el consumo del desayuno: más energía y
mejor funcionamiento del cerebro", agrega el doctor Ramírez,
quien alerta que los que no desayunan por controlar su peso están
cometiendo un grave error, pues el cuerpo sabio guardará reservas en
zonas que no queremos evitando las largas horas de ayuno.
Es importante
tener en cuenta que un desayuno equilibrado debe tener siempre
proteína, cuyas fuentes se encuentran en carnes y huevos o proteína
vegetal como frijoles; debe tener un carbohidrato que se puede
consumir en panes, galletas, tortas y frutas y una grasa con la que
se puede cocinar el huevo y por último un alimento de libre acceso
como café o té sin azúcar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario