En la Kuty cuidamos a la gente
y la gente cuida al negocio
y la gente cuida al negocio
Con 500 empleados, 9 panaderías, presencia en tres ciudades y 30
años de historia, La Kuty, una de las marcas insignias de Cali, es
un negocio de amor, esfuerzo y compromiso.
años de historia, La Kuty, una de las marcas insignias de Cali, es
un negocio de amor, esfuerzo y compromiso.
Detrás de esta empresa destacada del occidente colombiano está Jairo Ramírez, un hombre de 60 años, con acento paisa, el pelo canoso y la mirada de éxito. Es mecánico de profesión, panadero de vida y una de las personas más influyentes de la industria no solo por ser, junto a su hermano Guillermo, dueño de La Kuty, sino porque sabe de panadería, trabaja por el gremio y hace parte de la junta directiva de la Cámara de Comercio del Valle.
La innovación, en el servicio y en el producto, se constituye como un pilar y una vocación de La Kuty. La marca fue pionera en ofrecer desayunos en las panaderías y desayunos especiales a domicilio, es experta en las empanadas en punto caliente y ha conseguido fabricar productos congelados para preparar en casa.
Igualmente, la creatividad del equipo de La Kuty ha permitido llevar a cabo pro-
yectos divertidos que se traducen en más clientes y más consumo. Por ejemplo ha amasado el pan más largo de Colombia y se aventuró con éxito a sacar adelante una réplica del histórico Machu Picchu hecha en pan, masa de torta y pastillaje.Es tan cierto que la clave del éxito de La Kuty radica en su gente, que sus dueños son conscientes de que tienen un rezago tecnológico en sus panade- rías, pero el cuidado en el producto, en la materia prima, las ideas creativas y la atención al cliente hacen la diferencia y marcan el liderazgo del negocio,dentro y fuera del Valle de Cauca.Para celebrar su cumpleaños número 30 la cadena trabaja en el rediseño de marca y en la modernización de sus puntos de venta ubicados en Cali, Bogotá y Neiva, que durante el año irán cambiando de ‘look’ .
La idea del cambio es mostrar la experiencia y el conocimiento acumula-
dos por tres décadas, con un aire nuevo y las ganas de seguir haciendo historia por muchos años más. Jairo se declara un apasionado del oficio de la panadería, no sólo lo considera una fuente de ingresos, sino que lo considera un negocio muy competitivo y con muchas oportunidades.
El empresario explica los secretos de un negocio próspero y comparte una his-
toria inspiradora para los colombianos, ejemplo de cómo hacer industria, generar empleo y construir país.
Maestro ¿Cuál es el éxito de su negocio?
J.R.- Lo primero es que nosotros estamos al frente, no hay día que no estemos pendien tes de los puntos. Lo segundo es que la gente que trabaja con nosotros está compro-metida con el negocio, a todos los tenemos contratados y sí, es pesado por la carga prestacional, pero al final nosotros cuidamos a la gente y la gente cuida al negocio.
Maestro ¿En 30 años se ha dinamizado la industria panadera en Colombia?
J.R. Claro, es que la panadería hoy no es un negocio de pan, es un negocio en el que se vende pastelería, es restaurante, se ofrecen productos como huevos crudos, leche, chocolate en pastilla... hoy el negocio no sólo es más amplio sino más dinámico, involucra innovación. Mientras uno saca algo nuevo los otros lo están
copiando y así rapidito todo el mundo se motiva por hacer cosas nuevas,distintas ya la medida de los clientes.
Maestro ¿Cómo adoptan la innovación como un proceso, sin tener formación
formal sobre el sector?
J.R. Nosotros aprendimos del oficio por herencia de nuestro tío Antonio Serna, un marinillo que llegó al Valle y fue el primero en fundar panadería. Él es el maestro de más de 600 panaderos que montaron luego su negocio.Nosotros empezamos como sus ayudantes, luego administrando un negocio de él
que se llamaba La Novena, y con el tiempo empezamos a ir a seminarios y a investigar por Internet. Pero lo más exitoso fue escuchar a los clientes, lo que ellos pedían se los dábamos, huevitos preparados al gusto y así.Nosotros somos expertos en inventarnos cosas para que la gente esté contenta y así nació nuestro eslogan “compartir los mejores momentos”, una de las estrategias que más nos ha funcionado.Por ejemplo, ofrecemos desayunos a domicilio con empaques bonitos y llenos de detalles.
Maestro ¿Nuevas generaciones se han vinculado a La Kuty?
J.R. Mi hermano tiene dos hijas muy pequeñas todavía y yo tengo otras dos de colegio, pero tengo una hija mayor de 35 años que también es una apasionada de esto.Claro, ella sí se formó en Paris, en la mejor Universidad de Panadería y Pastelería. Ahora vive en España y está aprendiendo más cosas, pero ya está con ganas de volver. Eso es lo bonito de este negocio, que es de familia y tiene muchas posibilidades.
Siempre es bueno pertenecer a un lugar donde se te abren las puertas y se te da la oportunidad de conseguir tu primer empleo gracias Kuty
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