11 may 2015

“A desayunar… a desayunar… que sin desayuno no puedo cantar”


“A desayunar… a 
desayunar… que sin desayuno no puedo cantar”

Así comienza una ronda infantil y es como debe empezar la mañana de todos los seres humanos. Son varias las razones que justifican tomar el primer alimento antes de las 10:00 de la mañana, y son diversos los hallazgos científicos que tienen bien caracterizados los productos que se deben consumir y los beneficios que estos aportan a la salud y al rendimiento.

La alimentación humana depende del ciclo del sol y la luna, y así el cuerpo define de manera natural las horas en las que debe esta alerta para una jornada de actividad y los momentos en los que debe descansar. El tono muscular disminuye y, lentamente, la melatonina empieza a hacer su efecto para llevarnos a brazos de Morfeo.
Se trata de un comportamiento hormonal producido por la glándula Pineal, situada en el centro del cerebro, cuya secreción se produce durante la noche como reacción a la oscuridad, para ayudar al cuerpo a regular los ciclos de sueño, reparar los tejidos dañados y el cerebro abre paso al “pelotón de mantenimiento”.
Durante el último ciclo del sueño, justo antes de levantarse, el sistema hormonal vuelve producir la secreción de Cortisol en la que hay una reposición de glucosa. En ese momento es cuando el cuerpo esta listo para empezar la jornada y por esa razón debe suplir sus necesidades de energía y de neurotransmisores, agotados en las horas de ayuno de la noche.
Cuando el ayuno se prolonga con la omisión del desayuno, el descenso gradual de los niveles de insulina y glucosa entre otros cambios metabólicos, puede originar una respuesta de fatiga que interfiera en los diferentes aspectos de la función cognitiva. 
 
Alistar la maquina, es una buena metáfora para definir la toma del desayuno, pues la primera comida es la que ofrece más aprovechamiento de vitaminas y minerales en la maquina humana… y para satisfacer todos los requerimientos de la misma se debe incluir un alimento de cada grupo. Así, se debe consumir una grasa cuya función es ofrecer la carga lipídica fundamental para el sistema hormonal, un carbohidrato encargado de suministrar energía y una proteína indispensable como neurotransmisor. Y se puede completar con un alimento de libre acceso como café, té o infusiones”, asegura el doctor Benjamín Ramírez Forero, nutricionista de la Universidad Javeriana, con Máster en enfermedades crónicas de la Universidad de León España y PhD: de Bioquímica de la Nutrición humana del International Atlantic University.
 
El experto agrega que un buen desayuno nos brinda el 25 % de las calorías totales necesarias para nuestra jornada. Además, mejora sustancialmente nuestro rendimiento físico e intelectual a lo largo de la mañana.

Complementariamente, existen otras ventajas asociadas al consumo de un buen desayuno.
Las investigaciones científicas llevadas a cabo en torno a la primera comida del día concluyen que nos hace comer menos, ya que las personas que no cumplen con el primer alimento en la mañana tienden a llegar con más hambre a la siguiente toma, lo que les estimula a ingerir los alimentos con más ansiedad y en mayor cantidad.

El desayuno mejora las habilidades para resolver problemas y proporciona mayor claridad mental, gracias a los neurotransmisores.

"Existen dos mecanismos biológicos con el consumo del desayuno: más energía y mejor funcionamiento del cerebro", agrega el doctor Ramírez, quien alerta que los que no desayunan por controlar su peso están cometiendo un grave error, pues el cuerpo sabio guardará reservas en zonas que no queremos evitando las largas horas de ayuno.

Es importante tener en cuenta que un desayuno equilibrado debe tener siempre proteína, cuyas fuentes se encuentran en carnes y huevos o proteína vegetal como frijoles; debe tener un carbohidrato que se puede consumir en panes, galletas, tortas y frutas y una grasa con la que se puede cocinar el huevo y por último un alimento de libre acceso como café o té sin azúcar.




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