MANEJE $U DINERO DE MANERA INTELIGENTE
Las finanzas pueden parecer un tema exclusivo para los expertos. Sin embargo, el manejo financiero es un asunto que nos compete a todos. Conozca cómo entenderlas.
El manejo de las finanzas en las empresas es similar al personal: gastos, inversiones, créditos y demás son características que se aplican en ambas esferas. Una visión rápida a las finanzas personales es el mejor comienzo para manejar adecuadamente el dinero.
Alguien dijo que "parece increíble pero así como empezamos primero a hablar que a escuchar, aprendemos primero a gastar que a ahorrar". Y es que quien gana mucho y gasta mucho se encuentra en la misma situación de quien gana poco y gasta mucho: al final de mes tiene muy poco dinero para sufragar sus necesidades.
Quien gana, ya sea poco o mucho dinero, y ahorra, mantiene un ritmo de gastos constante y controlado; ahorrar es la clave, esta es una inversión hacia el futuro. Se puede destinar un porcentaje continuo al ahorro, que puede ser entre 10 y 30% de los ingresos mensuales.
Gastos o inversiones
Shakti Pradhan, autor de reconocidos libros sobre economía en el hogar y organizaciones, explica en su texto Sea un mejor administrador de dinero las pautas para diferenciar los gastos de las inversiones: "el producto adquirido puede ser el mismo, pero la diferencia radica en el uso o interpretación que se le dé". Por ejemplo, comidas en lugares elegantes pueden ser gastos si solo se realizan por placer (y de hecho no están mal si se comparten con la familia o personas cercanas); pero también pueden ser una inversión si se aprovechan como escenarios para reunirse con clientes o proveedores, y de esta forma afianzar un negocio a punto de cerrase.
Así mismo, un carro puede ser un simple gasto si es usado para trasladarse al trabajo, más aún si se utiliza para una sola persona que puede perfectamente tomar transporte público; pero es una inversión si hay la posibilidad de trabajarlo (camionetas, microbuses, taxis).
Igualmente, sean gastos o inversiones, Pradhan establece que las compras se deben priorizar por:
* Básicas: adquisiciones inmediatas, que no dan espera (alimentación, pago de facturas y deudas).
* Deseables: aquellas ocasionales de las cuales se puede prescindir en tiempos de austeridad (carros, remodelaciones en el hogar).
* Lujosas: las que solo representan placer (vacaciones al exterior, carros último modelo de gamas altas).
El esfuerzo aquí radica en tener objetividad y criterio para decidir a que grupo pertenece cada compra.
¿Y en qué invertir?
El dinero ahorrado siempre será una fuente de inversión para diversos planes, desde adecuaciones locativas en el hogar hasta iniciar un negocio propio, el cual ya se debe tener el conocimiento suficiente para que marche sobre ruedas.
Ahora, si no sabe en qué invertir, no caiga en la trampa de gastar el dinero en lo que no necesita realmente. Ya llegará la oportunidad para destinarlos a algo productivo; mientras tanto, continuar con el ahorro debe ser la mejor motivación para el futuro.
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